sábado, 3 de octubre de 2015

Competencia de las naciones Noreuropeas

tratado de Tordesillas

Muy bien amigos, hay que saber que los países no ibéricos no reconocieron el Tratado de Tordesillas (tratado por el cual, si no lo sabían, se estableció un reparto de las zonas de navegación y conquista del Océano Atlántico y del Nuevo Mundo mediante un meridiano situado 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde a fin de evitar conflictos de intereses entre la monarquía hispana y el reino de Portugal). Los Países Bajos, contaban con una tradición marinera (tras su independencia de los de Austria), Francia, e Inglaterra y –pese a las prevenciones ibéricas– la nueva técnicas y los nuevos mapas acabaron llegando al norte.
     La primera de estas expediciones fue la de Juan Caboto, un navegante italiano, que había navegado con los castellanos, financiado esta vez por Inglaterra llegó al golfo de Maine en un mes bonico de mayo de 1497. Sería la primera de una serie de misiones francesas y británicas que exploraron América del Norte. En gran parte, España había ignorado la parte norte del Continente Americano ya que se había concentrado en ir expandiendo los conocimientos de continente de forma concéntrica. Los viajes de Caboto, Jacques Cartier y otros tipos pretendían encontrar el Paso al Noroeste y, mediante él, tener acceso a las riquezas de Asia, pero como ya saben amigos (o quizá no), no tuvieron éxito: jamás se descubrió dicho paso, pero las exploraciones revelaron otras posibilidades y, a principios del siglo XVII, empezaron a asentarse los primeros colonos del centro y el norte de Europa en la costa oriental de Norteamérica.
     Los países del norte no fueron rivales de los portugueses en África y en el Océano Indico, pero llegó el siglo XVII y, de pronto ¡oh, nenes! los piratas franceses y después ingleses y holandeses crearon una cierta flota capaz de medirse con los lusitanos y empezaron a competir con el monopolio portugués y español, atacando barcos, fundando fuertes y creando colonias propias. Poco a poco aumentó el comercio de los países nórdicos sin que por eso disminuyese el comercio oceánico de portugueses y españoles.
      Las demás naciones europeas no adquirirían su fuerza naval y terrestre hasta la llamada "Era de los descubrimientos". Así rodearon los dominios portugueses más valiosos (como con Hong Kong, frente a la colonia portuguesa de Macao). También les tomaron la delantera en la exploración de las últimas regiones desconocidas del Océano Pacífico y de la costa este de América del Norte, que eran parte de la "zona española" del reparto del Tordesillas.

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